Silvia Castillo, periodista
21 noviembre, 2023
  • Economía social de mercado puede brindar mecanismos de atención a esta población desplazada y vulnerable.

Ante una crisis migratoria como la que se vive actualmente en la frontera entre Colombia y Panamá y que afecta a casi toda Centroamérica y México, la economía social de mercado puede dar luz sobre cómo mejorar los sistemas de protección social para atender las necesidades de quienes abandonan sus países en busca del sueño americano.

Así lo cree Juan Carlos Guataquí, economista colombiano con un doctorado en sociología y quien posee amplia experiencia en análisis de procesos de migración internacional, migración interna y desplazamiento forzado.

“Una fortaleza enorme de  la economía social del mercado es la posibilidad precisamente de crear un sistema de protección social al interior del país, que por lo menos ofrezca ciertos elementos básicos a los migrantes”, afirma Guataqui. “La economía social de mercado propende por corregir las fallas del mercado y sobre todo esas que afectan más a los menos favorecidos”.

Por eso su principal recomendación para los países es crear un sistema de protección o mejorar el ya existente para que más personas se beneficien de éste y contar con políticas públicas de atención a migrantes.

En su país, dijo, la atención a la migración venezolana puede ascender aproximadamente a uno o dos puntos del Producto Interno Bruto. Es una decisión que el país tomó. “Yo no lo veo como un costo necesariamente, así como no veo como un costo que a una persona pobre colombiana le den atención en salud”.  

Actualmente, detalló el experto, en Colombia viven 2.4 millones de venezolanos de los cuales únicamente 1.9 millones se han acogido al programa de regularización.

La economía social de mercado surge del intento consciente de sintetizar todas las ventajas del sistema económico de mercado: fomento de la iniciativa individual, productividad, eficiencia, tendencia a la auto-regulación, con los aportes fundamentales de la tradición social cristiana de solidaridad y cooperación, que se basan necesariamente en la equidad y la justicia en una sociedad dada. Fue desarrollada en Alemania en 1948 como una alternativa liberal frente a la economía planificada y como una alternativa social a la economía de mercado al estilo clásico.

Migración se duplicó en un año

Según datos oficiales dados por el gobierno panameño a inicios de octubre, más de 400.000 migrantes, en su mayoría venezolanos, ingresaron a esa nación desde principios de año. Esa cifra casi duplica la de todo el 2022 (248.000). Los migrantes van en ruta hacia Estados Unidos.

La organización no gubernamental (ONG) Human Rights Watch (HRW) calculó una cifra mayor en un informe dado a conocer el pasado 9 de noviembre, más de medio millón de personas han cruzado el Tapón del Darién, zona selvática en la frontera entre Colombia y Panamá.

Además de los venezolanos, hay haitianos, ecuatorianos e incluso africanos, quienes arriesgan sus vidas en el Darién y están expuestos a abusos por parte de grupos criminales, y reciben, según Human Rights Watch, poca protección o ayuda humanitaria. 

Según la misma organización, los migrantes y solicitantes de asilo huyen de sus países de origen debido a las crisis de derechos humanos y muchos otros escapan de la pobreza.

Human Rights Watch denuncia en su informe que existen falencias en las respuestas de Colombia y Panamá para asistir a los migrantes, protegerlos e investigar los abusos cometidos en su contra.

Distribución desigual y falta de protección

El experto recordó que hay dos fallas de mercado que son precisamente las que llevan a un cambio de la economía de mercado a la economía social de mercado: la distribución desigual del ingreso y la riqueza, y la falta de protección para ciertos miembros de la sociedad ante diferentes etapas del ciclo económico.  “En una economía desarrollada no hay problemas cuando hay, por ejemplo, una crisis, porque el gobierno tiene seguros de desempleo. En la pandemia muchos gobiernos reaccionaron así para proteger a sus comunidades. El hecho de que en la crisis haya personas mejor protegidas que otras habla de los sistemas de protección social. Ese es el principal elemento que  yo creo que es importante tener en cuenta”.

Human Rights Watch también destaca en su reciente informe la necesidad de que las naciones cuenten con esa protección social. “Sobre la base de la Declaración sobre la Migración y Protección de Los Ángeles, firmada por 21 países de la región en 2022, los gobiernos de América deberían adoptar medidas para garantizar políticas migratorias respetuosas de los derechos humanos. También deberían aprovechar el Foro Mundial sobre los Refugiados de diciembre de 2023 y el próximo 40° aniversario de la Declaración de Cartagena de 1984—un histórico instrumento internacional sobre derechos de los refugiados en América Latina—para responder a los crecientes retos migratorios de la región”, se destaca en el documento..

Guataquí recordó además el Global Compact for regular migration (Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular​) cuyo objetivo es que los países no repriman el paso de migrantes a través de sus fronteras. “Pero una cosa es no reprimir y otra cosa es no atender”, destacó.

Con el Global Compact for regular migration los migrantes pueden pasar, pero según reflexionó el experto, también hay que tomar en cuenta que la figura del refugiado está desapareciendo en el derecho internacional humanitario y muchos países se rehúsan a darles ese estatus. “La idea es que vayan pasando por los países y la otra es que al interior de cada país, como su estado social de derecho, tengan un sistema de protección social que ofrezca algunas atenciones a los migrantes o refugiados que se regularizaron en ese país”.

Guataquí pone el ejemplo de su país. Pese a estar regularizados y poder quedarse en Colombia y trabajar ahí, algunos venezolanos quieren irse a Estados Unidos para poder enviar remesas a sus familias, pero no en pesos colombianos, sino en dólares. “Hay un elemento transnacional que es muy complejo y es la paridad de poder de compra, entonces mientras los salarios  en términos de moneda internacional son tan bajos, una persona dice:  ´Si yo como migrante irregular llegó a Estados Unidos voy a estar ganando en dólares´. Eso en términos de capacidad de poder adquisitivo es muy complejo”.

Ante esta situación y dentro de la economía social de mercado existe la posibilidad de crear políticas económicas y sociales que se pueden aplicar dentro de la hegemonía territorial de un Estado. Sin embargo, hay una enorme desventaja y es que cuando un país ofrece algún tipo de regularización a determinado grupo de migrante internacional, sean nicaragüenses en Costa Rica, venezolanos en Colombia, es decirle “bienvenido a Colombia señor migrante, bienvenido a sufrir todos los problemas que sufre nuestra población vulnerable”. 

“¿Qué es lo mejor que Colombia puede hacer para el empleo informal y para los venezolanos (que viven en su territorio)? Disminuir el empleo informal como un todo, o sea, enfrentar las causas de raíz del empleo formal”, expresó Guataquí.

“Los economistas usualmente son pesimistas, pero tampoco somos fatalistas, sí, pero yo creo que hay un elemento que yo creo que es una fortaleza enorme de  la economía social del mercado y es la posibilidad precisamente de crear un sistema de protección social al interior del país. Eso sí es un llamado que la mayoría de los países tienen que hacer”.

Los contenidos publicados expresan la opinión del autor y autora, y no necesariamente la visión de la Fundación Konrad Adenauer.

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