Silvia Castillo, periodista
21 julio, 2023
  • En 2020 el Índice de Desarrollo Humano cantonal tuvo un decrecimiento por primera vez desde su primera publicación en 2007. 
  • Estudio determinó que desarrollo humano incide en la participación política. 

Costa Rica ha sido incapaz de disminuir sustantiva y estructuralmente el coeficiente de desigualdad, según revelan los resultados del Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2022, dado a conocer el pasado 13 de junio.

El documento muestra que en el 2010 el coeficiente de desigualdad del Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad (IDH-D) cantonal era de 0,050. Ese indicador fue disminuyendo, pero creció en los últimos tres años (2018-2020) hasta ubicarse en el 2020 en 0,040. “El hecho de que el coeficiente de desigualdad se mantuvo en los márgenes del promedio de la década muestra que en estos diez años, el país ha sido incapaz de disminuir sustantiva y estructuralmente el coeficiente de desigualdad”, concluyen los analistas del Atlas.

Esto, destaca el informe, es “uno de los principales retos para Costa Rica”. 

En términos generales el Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2022 muestra un mapa desigual e inequitativo en el territorio nacional, que se agudiza en zonas rurales y costeras.

Según se detalló en la presentación del 13 de junio, para el año 2020, el Índice de Desarrollo Humano cantonal presenta además un decrecimiento por primera vez desde su primera publicación en 2007. 

“A mayor desigualdad territorial, más deterioro del tejido social y de afiliación al modelo de convivencia y de toma de decisiones de la democracia”, señaló el representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), José Vicente Troya Rodríguez.

Según Troya, es urgente resolver estas asimetrías del desarrollo que fracturan al país. Es necesario, destacó,  “garantizar servicios de calidad para todas las personas, generar oportunidades de crecimiento económico en los cantones y promover espacios y canales para la participación e influencia política de las comunidades”.

Los datos muestran que para el 2020, en comparación con el 2019, hubo una leve mejora en el índice de conocimiento (educación). Sin embargo, se registró un descenso en el índice de esperanza de vida (vida larga y saludable) y en el índice de bienestar material (nivel de vida digno), que presentó la mayor afectación. 

“Esto tiene una correlación en la disminución sufrida en el promedio de ingreso per cápita del hogar coherente con lo registrado por otros indicadores que mostraron un incremento de la pobreza, una reducción de los ingresos y, en general, una situación económica desfavorable agudizada por la pandemia de COVID-19”, se indicó.

El PNUD quiso en esta ocasión también que el Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2022 respondiera a la pregunta de si el desarrollo humano es uno de esos factores que inciden en la participación política.

Los datos comprobaron que entre mayor es el desarrollo humano de los cantones, menor es el abstencionismo.

Desigualdades persistentes y crecientes

En el Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2022 se detalla que Costa Rica es un país con niveles generales de desarrollo humano más altos que los de la región centroamericana, pero las desigualdades internas han sido persistentes y crecientes. Esta situación se vio agravada en los últimos años por nuevas formas o detonantes de estas desigualdades, situación que se agudizó en 2020 por las consecuencias de la pandemia del COVID-19.

El Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2022 fue elaborado por el PNUD en alianza con la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (EEs-UCR), y el Sistema Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios del Estado (SINIRUBE), e incluye datos sobre cinco índices de desarrollo humano en los 82 cantones del país.

El Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2022 incluye el Índice de Desarrollo Humano (IDH), el IDH-D y el Índice de Pobreza Multidimensional Cantonal (IPM), el cual permite identificar cuáles son las privaciones que tienen un mayor aporte en la pobreza del país. Además, el Índice de Desarrollo de Género (IDG) y el Índice de Desigualdad de Género (IDG-D).

Pero, ¿cuál es la diferencia entre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad (IDH-D) que se mencionó al inicio? 

El IDH es una medida resumen que incorpora tres dimensiones: vida larga y saludable (esperanza de vida al nacer), educación (años promedio de escolaridad y años esperado de escolaridad) y nivel de vida digno (ingreso per cápita del hogar).. 

Por su parte, el IDH-D da cuenta de una visión más realista del desarrollo humano en el país porque incorpora el elemento de la desigualdad y para eso usa fuentes alternativas de datos con el objetivo de saber cómo se distribuye cada dimensión, en este caso, dentro de los cantones.

Según explican los analistas, estas diferencias entre el IDH y el IDH-D cantonales promedio hacen que también haya modificaciones en la categoría de desarrollo humano del país. 

“En ese sentido, si se considera el IDH cantonal promedio, Costa Rica se ubicaría en la categoría de alto desarrollo humano en el periodo 2011-2020. Sin embargo, si se hiciera el análisis con base en el IDH-D cantonal promedio, la situación cambia y el país se ubicaría más bien en la categoría de país con desarrollo humano medio, nivel más realista dadas las desigualdades existentes en el país que también han sido confirmadas con otros indicadores”.

Los datos del IDH-D, aseguran los analistas, evidencian que el mito democrático de que los costarricenses somos “igualiticos” es irreal. Por el contrario, es prudente superar las medidas excesivamente sintéticas de la desigualdad y los datos incompletos, para explorar cómo se manifiesta la desigualdad en el conjunto de la población.

Si se calcula solo con el IDH, para el 2020 únicamente 16 cantones de 82 quedan clasificados en la categoría de “Muy Altodesarrollo, cuatro menos que en 2019, pasando de un 29,6% de la población que vivía en esta condición a un 18,9% en 2020. Los cantones que muestran un  mayor retroceso son Tilarán, Hojancha, Flores, Bagaces, Liberia, San Ramón y La Cruz.

Si se analiza el IDH-D, ningún cantón mantiene su categoría de Muy Alto desarrollo humano.

El índice de Pobreza Multidimensional Cantonal (IPM) revela que la distribución de la población cambió negativamente, ya que el porcentaje de población que vivía en cantones con un IPM Alto aumentó de 12,0 % en 2020 a 16,5 % en 2021. 

Los cantones con una incidencia de pobreza multidimensional alta son mayormente fronterizos, tanto de la zona norte como la zona sur. Los Chiles es el cantón que presenta un Índice de Desarrollo Humano cantonal Medio y un Índice de Pobreza Multidimensional Muy alto.

Si se analiza el Índice de Desarrollo de Género (IDG) se observa que para el año 2020 hubo una mejora. Sin embargo, las reducciones de la desigualdad ocurrieron por una desmejora en el caso de los hombres, principalmente a causa de la pandemia, no porque hubiese una mejora particular para las mujeres.

Cantones de las costas por debajo del promedio 

En 2010 en Costa Rica había 4 cantones (4,9% del total de cantones) con bajo desarrollo humano (Matina, Turrubares, La Cruz y Dota). Un año después ningún cantón ocupó ese lugar, situación que se mantuvo hasta el 2020 (a excepción del 2012).

Además, los datos evidencian que con el paso de la década se engrosaron los grupos de cantones con muy alto y alto desarrollo humano, mientras que se redujo el grupo de cantones con medio desarrollo humano.

Los cantones  de Santa Ana, Escazú, Belén, Montes de Oca, Moravia y Curridabat fueron los que obtuvieron mayores índices de desarrollo humano (muy alto desarrollo humano) en 2020. Matina, La Cruz, Talamanca, Buenos Aires y Hojancha fueron los que tuvieron los menores índices del país (todos con desarrollo humano medio).

Ese mismo año, todos los cantones de las provincias costeras -Guanacaste, Puntarenas y Limón- tienen un IDH menor que el promedio cantonal (0,737). Situación similar ocurre con  Sarapiqui, único cantón de la provincia de Heredia que está por debajo del promedio.

En el análisis de cada provincia, se muestra que la cantidad de cantones con IDH por debajo del promedio cantonal se ha mantenido relativamente constante a través de los años. En este indicador en las mediciones de 2010, 2019 y 2020, Limón siempre ha tenido todos sus cantones por debajo de la media cantonal.

Los cantones con más retroceso entre 2019 y 2020, según el Índice de Desarrollo Humano, son Tilarán, Hojancha, Flores, Bagaces, Liberia, San Ramón y La Cruz. La mayoría de estos cantones forman parte de la provincia de Guanacaste y, con excepción de Flores, todos están ubicados fuera del Gran Área Metropolitana (GAM).

Desarrollo cantonal y abstencionismo

Los análisis determinaron que en el 2022, los 21 cantones que se ubican fuera del GAM tuvieron  el mayor abstencionismo. Talamanca, Garabito, Corredores, Golfito y La Cruz fueron los  cantones con mayor abstencionismo: (superan el 54 % de abstencionismo y son parte de las provincias costeras, las que a su vez tienen un IDH menor que el promedio cantonal).

Los 5 cantones con niveles menores de no participación electoral son Zarcero, Belén, Flores, Santa Domingo y Barva, de ellos sólo Zarcero es un cantón ubicado fuera del GAM.

“Esta conclusión es sumamente relevante pues confirma que el abstencionismo no es un fenómeno exclusivamente político, sino que responde a procesos socioeconómicos más amplios, como es el caso del desarrollo humano, al cual debe prestarse también mucha atención en cuanto a sus impactos en la dinámica política electoral”, indica el informe. 

Sería un error, destacan los analistas, asociar la falta de participación política electoral solamente con un problema de desinterés de parte de la ciudadanía, o como un problema “moral” que es “culpa” de las personas abstencionistas.

El Atlas concluye que las evidencias plantean la necesidad de proponer respuestas de política que contemplen el desarrollo humano como un factor importante para la participación política electoral, ya sea a nivel nacional o cantonal. 

“Es necesario recuperar la confianza de la ciudadanía en el ejercicio del voto como institución de la democracia representativa. En ese proceso deben tomarse en cuenta las posiciones diferenciadas que ocupan las personas ciudadanas y los cantones en cuanto a su desarrollo humano pues -tal y como se mostró- está asociado con el abstencionismo”.

Los contenidos publicados expresan la opinión del autor y autora, y no necesariamente la visión de la Fundación Konrad Adenauer.

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