Silvia Castillo, periodista
28 junio, 2021

Los partidos políticos en Costa Rica dejaron de ser un motor dinámico para transformar la sociedad y solo desean mantener las cosas bajo control. “Estamos viviendo una política del statu quo”, sentenció la politóloga Gina Sibaja para quien esa decisión desencanta a los ciudadanos.

“¿Cómo hacer para que la gente se acerque? Pues yo creo que ya tenemos suficiente historia política en democracia para decir que no es como lo estamos haciendo”, destacó.

Sibaja cree que hay que abrir las puertas de los partidos, porque no se puede pretender que cambie la percepción de la ciudadanía con la política si las agrupaciones siguen haciendo “lo mismo de siempre con las personas de siempre”.

Aboga además por generar un pacto de honestidad, de transparencia, de no agresión, entre personas candidatas y partidos políticos para las próximas elecciones presidenciales. “La ciudadanía tiene una expectativa, ojalá esa expectativa puede ser cumplida con la mayor altura posible, y en la mayor rigurosidad de apego a la verdad, con prácticas transparentes de cómo llegar al poder de una manera no violenta. Yo creo que con eso tendríamos un gran paso”.

Gina Sibaja es profesora universitaria, máster en ciencias políticas del IHEAL, Universidad Sorbonne Nouvelle y con un doctorado en Ciencias Sociales de FLACSO.

PolítiKAS en línea la entrevistó el 11 de junio pasado y estas son parte de sus respuestas.

¿Qué se debe hacer para volver a enamorar a los costarricenses con la política?

Yo primero me preguntaría si hemos estado enamorados de la política. Yo creo más bien que la percepción que tiene la ciudadanía con respecto a la política ha pasado por muchos altibajos. La actividad política siempre es apasionada por excelencia, pero también es una actividad dinámica. ¿Cómo hacer para tener esta cercanía o revivir ese apasionamiento? Sería volviendo al origen.

Por lo general, las personas que se meten en política tienen siempre buenas intenciones. Cuando decimos “entro en política” es porque quiero cambiar las cosas, porque tengo la fuerza, porque tengo la visión para cambiarlo, y quiero aglutinar otro grupo de personas que esté en la misma sintonía para lograr llevar adelante todas nuestras metas y nuestras grandes ilusiones de transformar un país.

¿Entonces cómo hacer para que la gente se acerque? Creo que ya tenemos suficiente historia política en democracia para decir que no es como lo estamos haciendo. Estamos viviendo una política del statu quo. Hemos estado enfrascados en discusiones personales, enfrascados en ver de qué manera usamos las reglas que conocemos para mantener las cosas bajo control.

Vemos, por ejemplo, partidos como Liberación Nacional buscando hacer una convención interna en que participen todos, pero las reglas están ya establecidas. El Partido Acción Ciudadana (PAC) tiene un artículo de vanguardia, progresista, que permite a personas de la sociedad civil con participación destacada incorporarse a la agrupación política, pero le cerraron las puertas a un precandidato. ¿Qué pasa? Que no se quieren mover de ahí. Entonces no podemos esperar nada más triste que el desencanto como respuesta.

Yo pensaría que una excelente señal para volver a intentar encantar, o al menos darle el rostro que merece la vida política nacional, sería abrir puertas y dejar que fluya la energía apasionada que representa la política. Generar mecanismos de inclusión para que puedan participar la mayor cantidad posible de personas soltando el control de lo que puede resultar en un proceso electoral. No es que venimos a decir “esto lo vamos a hacer de esta manera y punto”. Yo sí creo que es una parte importante, abrir puertas y asumir las consecuencias de eso. Si esto significa perder una elección está bien, pero se pierde como se debe.

La segunda cosa que yo veo es que el abrir las puertas implica permitir que todos los sectores puedan converger en un proyecto y en esto es importante decir, queremos proyectos no personas, queremos discusión de agenda. Todo el mundo está claro que la pobreza es una situación que nos está haciendo mucho daño como sociedad. Hablemos entonces de cómo vamos a hacer para disminuir la pobreza.

El tercer punto es generar un pacto entre personas candidatas y partidos políticos, un pacto de honestidad, de transparencia, un pacto de no agresión porque muchas veces la violencia política pasa por las estrategias de desinformación. En este caso también los medios de comunicación deberían de concursar en este tipo de acuerdos.
Es importante hacer conciencia sobre esto y únicamente los actores protagónicos de este proceso electoral que se avecina pueden cambiar las cosas. La ciudadanía tiene una expectativa, ojalá puede ser cumplida con la mayor altura posible, y en la mayor rigurosidad de apego a la verdad.

Estamos en la política del statu quo, de la destrucción permanente y esto no encanta a nadie.

No hay voluntad política para transformar la normativa vigente. Porque si lo que está de fondo es la mayor participación posible, tendríamos que tener una normativa interna de los partidos políticos con la mayor apertura posible.

Es lo que estamos viviendo… son políticos y políticas del status quo y aquella política o político que saque la cabeza muy alto se la cortan. Entonces esto genera una disuasión ante los demás diciendo, para qué me voy a meter en política, si me meto ahí voy a salir trasquilada y si quedo y permanezco voy a quedar como una borrega que no tengo criterio propio ni autonomía. No hay otra; o cambiamos las formas de hacer política o vamos a seguir apostando por el statu quo hasta que nos termine de estallar en la cara.

Los contenidos publicados expresan la opinión del autor y autora, y no necesariamente la visión de la Fundación Konrad Adenauer.

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