Silvia Castillo, periodista
13 septiembre, 2022
  • Expertos consideran que siguen sin provocar un cambio en la dinámica política 

El apoyo a los partidos políticos confesionales en Costa Rica responde a la ocurrencia de ciertos factores y no a la existencia de actores políticos que hayan cambiado la dinámica del juego político, según afirmaron los politólogos José Andrés Díaz y Ronald Alfaro.

Consultados por separado por PolitiKAS en línea, los expertos explicaron que en las elecciones presidenciales del 2018, el partido Restauración Nacional y su candidato Fabricio Alvarado, logró pasar a una segunda ronda por factores como la alta fragmentación electoral, la alta volatilidad del voto y por el alto abstencionismo. En las votaciones del 2022, Nueva República, con Fabricio Alvarado también como candidato, tuvo una menor cuota de poder.

“Es como los temas de los escándalos de corrupción…provocan un gran efecto al inicio, pero luego eso se va disipando y creo que el factor religioso es un factor de esos. No es uno de los ejes fundamentales de la política costarricense”, expresó Alfaro, quien es el coordinador del Centro de Investigación y Estudios Políticos Universidad de Costa Rica (CIEP) de la Universidad de Costa Rica.

“Creo que es un fenómeno que en Costa Rica a veces se ha sobredimensionado. En el 2018 hablamos de un shock religioso. Hubo gente que se partía las vestiduras, casi que Costa Rica iba a ser otra vez una teocracia… Los estudios de cultura política lo han demostrado, no ha habido ningún cambio. Había como esa idea de que los partidos confesionales iba a ser más dominantes, yo siempre he sido un poco reticente,  y creo que esta del 2022 lo ha mostrado”, manifestó Díaz,  coordinador del programa Umbral Político del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Universidad Nacional. 

Para Alfaro, los partidos políticos confesionales son aquellos donde los principios y valores de la organización están orientados por creencias religiosas de un determinado tipo, en este particular más orientado a los evangélicos, protestantes.

Díaz prefiere denominarlos interconfesionales y detalla que se trata de agrupaciones políticas que utilizan valores o ideas que están en el plano religioso para construir sus propuestas políticas y poder de manera simple decirle al electorado cuáles son las políticas, las acciones que van a apoyar o rechazar al momento de llegar al poder. Son interconfesionales porque quienes lo confirman no necesariamente deben profesar una religión determinada pero sí tener cierta afinidad a las ideas de esa doctrina religiosa.

En la historia de Costa Rica no son nuevos. Por ejemplo, el partido Unión Católica participó en las elecciones legislativas de 1892. Sin embargo, comienzan a tomar fuerza en la década de los años 80 con partidos como Alianza Nacional Cristiana (ANC), el Partido Renovación Costarricense (PRC) y el Partido Renovación Costarricense, obteniendo una o dos curules en la Asamblea Legislativa.

En el 2018 Restauración Nacional obtuvo 14 curules y Nueva República cuenta con siete en la actual Asamblea Legislativa.

Ambos politólogos consideran que este tipo de partidos políticos sufren muchas separaciones y divisiones. “Es muy común ver esto en este tipo de agrupaciones, y eso de alguna forma les dificulta tener más efecto”, reflexionó Alfaro.

Tampoco creen que en esta legislatura logren la aprobación de proyectos a favor de sus creencias. “No creo que hagan grandes luchas, no lo hicieron hace cuatro años… En Costa Rica sabemos que tienen baja cohesión, que no sería extraño que uno o dos se separaran y quedaría un escenario legislativo aún más complejo”, afirmó Díaz. 

Los contenidos publicados expresan la opinión del autor y autora, y no necesariamente la visión de la Fundación Konrad Adenauer.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recientes

Buscar

Search