Silvia Castillo, periodista
5 noviembre, 2021

Ximena Loría Espinoza es bióloga y estudió en la Universidad para la Paz una maestría en Recursos Naturales y Paz, pero está acostumbrada a discutir y pelear por lo que sabe es urgente para lograr una Costa Rica próspera, con salud, bienestar y justicia ambiental y climática, y al mismo tiempo para todo el planeta Tierra.

“Aquí en Costa Rica nos pasa que todo se politiza… entonces, estás a favor o estás en contra, y de repente tenemos una población que está muy polarizada en este y en otro montón de temas también”, dice.

Mantiene la compostura, como buena negociadora, mientras afirma que hay diputados y grupos empresariales que velan por sus propios intereses económicos y por eso llevan a cabo campañas de desinformación para polarizar a la población, y que no se ratifiquen acuerdos o se cumplan leyes que benefician al medio ambiente.

“Seguimos con muchos retos porque todavía hay una desconexión en muchos de los tomadores de decisión entre cómo podemos lidiar con los problemas ambientales, pero al mismo tiempo con los problemas económicos. Se ve blanco o se ve negro, se arreglan los problemas económicos o se arreglan los problemas ambientales. Pero un modelo de desarrollo como al que Costa Rica aspira, es un modelo en el que podemos crecer económicamente al mismo tiempo cuidando la naturaleza”, reflexiona.

Pese a esa lista de retos que asegura enfrenta Costa Rica, reconoce el camino logrado en las últimas tres décadas. Tiene 41 años de edad y la mayoría de su vida ha transcurrido en una nación que reversó la deforestación, logró tener una matriz energética donde el 99,98% de la electricidad se produce con fuentes limpias y donde el 25% del territorio son parques nacionales y reservas protegidas.

Desde el año 2016, Ximena forma parte de la organización Climate Reality Leadership Corps, fundada por el exvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, y además en el año 2020 ganó el galardón “Alfredo Sirkis Memorial Award” que reconoce a los líderes más destacados de la organización. Es la fundadora y directora ejecutiva de Misión 2 Grados, una organización sin fines de lucro.

Participó en la delegación costarricense que estuvo presente en la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) de España y actualmente también forma parte de este grupo en la COP26 que se celebrará en Glasgow (Reino Unido) del 1 al 12 de noviembre. En los últimos meses logró que 26 jóvenes entre los 17 y los 26 años se capacitaran en procesos de negociación climática para acompañar al equipo negociador de Costa Rica a la COP26.

PolítiKAS en línea conversó sobre estos temas con Ximena Loría el pasado 26 de octubre.

• ¿Cómo evalúa lo hecho por Costa Rica durante las últimas tres décadas para proteger el medio ambiente y más recientemente ante los acuerdos internacionales con respecto al clima?

Pienso que Costa Rica ha tenido grandes avances, grandes ideas también que no han podido materializarse porque ha habido bastantes obstáculos para poder llevar a una Costa Rica, que ya tiene un modelo verde, que ya tiene un sello de esencial Costa Rica, que nos vende afuera como este paraíso ambiental, pero, tenemos retos bastante complicados no solamente en términos de cambio climático. Nos hemos destacado en ciertas áreas: en nuestra propuesta de descarbonización, en cómo vemos a una Costa Rica verde, a una Costa Rica azul, totalmente asociada a un fomento a la justicia ambiental, social. Igualmente tenemos muchos retos que son los que no salen para afuera, que es el uso de agroquímicos, las aguas residuales. Entonces al final tenemos un modelo que nos ha servido como publicidad para el exterior porque nos conocen por tener una matriz energética básicamente limpia, basada en fuentes renovables, más de un 95% de nuestra electricidad es de fuentes renovables y nos conocemos por cómo reversamos la tendencia a la deforestación. Seguimos con muchos retos porque todavía hay una desconexión en muchos de los tomadores de decisión entre cómo podemos lidiar con los problemas ambientales y al mismo tiempo con los problemas económicos. Se ve blanco o se ve negro, se arreglan los problemas económicos o se arreglan los problemas ambientales, pero un modelo de desarrollo como al que Costa Rica aspira, es un modelo en el que podemos crecer económicamente al mismo tiempo cuidando la naturaleza.

• ¿Qué falta en el país para hacer un mejor cabildeo en contra de propuestas como la pesca de arrastre, la explotación minera y petrolera, la negativa a firmar el Acuerdo de Escazú?

Es cómo nosotros podemos tener un contacto con los tomadores de decisión sin politizar los temas que son inherentemente científicos, inherentemente ambientales y tenemos que dar ese paso para solucionarlo. Aquí en Costa Rica nos pasa que todo se politiza y precisamente la oposición usa mucho la polarización de la población, estas a favor o estás en contra, y de repente tenemos una población que está muy polarizada en este y en otro montón de temas también. Lo importante es cómo hacemos para poder llegarle a las personas con información verdadera, científica, para que puedan apoyar propuestas que van a favor de un desarrollo sostenible y que puedan rechazar aquellas propuestas que nos quieren vender como si fueran desarrollo sostenible. Aquí tenemos candidatos que nos hablan de “sustracción sostenible de petróleo y gas natural”, yo no sé, esas dos palabras no van juntas. En el medio de esta polarización tenemos un montón de escenarios, y me parece importante que se empiecen a manejar esos escenarios que hay dentro de un no a un total sí. No todo es color de rosa cuando uno quiere proponer algo nuevo. La gente siente miedo al cambio, es mejor lo viejo conocido que lo nuevo que no conocemos, pero así las sociedades han evolucionado cuando han dejado los viejos paradigmas y han empezado a trabajar por lograr nuevos paradigmas, más justos, más eficientes. Por eso Christiana Figueres dice que la edad de piedra no se acabó porque las piedras se acabaron, se acabó porque vinieron cosas mucho mejores y así tenemos que ver nosotros todo este espectro de problemas ambientales y cómo de una manera integral podemos solucionarlos mejorando la calidad de vida de las personas.

• ¿Por qué es importante que participen los jóvenes en la delegación de Costa Rica y en la COP26? Antes la delegación juvenil de Costa Rica no contaba con un programa de preparación previo para asistir a la COP, y este año sí lo tuvieron.

Sí, de hecho, este año por propuesta de la organización que yo lidero, Misión 2grados, se logró hacer un programa de capacitación con las personas expertas de Costa Rica y las negociadoras y los negociadores en los diferentes temas. Nosotros iniciamos este programa precisamente porque se habla de la necesidad de incorporar las voces de las comunidades vulnerables dentro de las mesas de toma de decisión, pero no hay mecanismos para hacerlo de una manera efectiva e informada. Muchas veces y ahora con los jóvenes se está dando mucho, se invita a un grupo, se toman las fotos, se hacen las firmas y se dice ok, se invitó a un grupo de personas jóvenes, pero al final ¿cuál es el potencial de incidencia que tuvieron? Probablemente sea muy poco porque al final lo que querían era una buena foto y poder decir que lo estaban haciendo. En nuestro caso para que la participación sea efectiva y con capacidad de incidencia tenemos que primero dar esa formación, esas habilidades específicas que requiere una persona que va a ir a las negociaciones internacionales y que va a representar de una u otra manera a la delegación de Costa Rica y sus propuestas y sus ideales.

Este programa de capacitación fue de cuatro meses, fue bastante intensivo, todas las semanas, todos los domingos y después de esto lo que hicimos fue juntar a estas personas que participaron con los y las negociadoras en los diferentes temas. Tenemos dos jóvenes que están acompañando al negociador de financiamiento, dos jóvenes que están acompañando a la negociadora de transparencia, dos jóvenes que están con el negociador de adaptación, y así pudimos empezar a colocarlos de manera que una vez que terminaron las capacitaciones podían asistir a las reuniones de cada uno de esos temas no solamente a nivel interno de Costa Rica sino también con los grupos de negociación con los que el país está relacionado. Tenemos jóvenes entre los 17 y los 26 años que han tenido la capacitación necesaria, basada en un pensamiento crítico, en ese modelo de desarrollo que Costa Rica está proponiendo, y que al final tienen también esa experiencia de poder entrar a las salas de negociación. Poder poner dentro de todas esas políticas y perspectivas que se están dando a nivel de las negociaciones, que estamos pidiendo ambición, urgencia, transparencia, que estamos pidiendo terminar las cosas que no han podido terminarse en las negociaciones. Que tengan la posibilidad de tener un espacio donde su voz sea escuchada e incluida desde su perspectiva joven en las propuestas que Costa Rica está haciendo. Nosotros creemos que, para una participación efectiva de la juventud, no podemos simplemente abrir espacios sin haber brindado esa información y esa formación en habilidades y conocimientos específicos.

• Nuestro país tiene un liderazgo en la protección del medio ambiente, pero son pocos los jóvenes que trabajan en pro de esto y los que se manifiestan públicamente. ¿Qué nos falta hacer para incentivarlos?

Ahí difiero un poquito porque sí tenemos grupos de jóvenes ahora más que nunca organizados a nivel nacional como una Red de Juventudes y Cambio Climático, por ejemplo, una Red de Juventudes Rurales que están trabajando ya en los temas de incidencia. Tal vez no la cantidad deseada, pero esto es una tendencia que ha venido incrementándose ahora con las redes sociales. Toda esta comunicación ayuda a las organizaciones, especialmente en el caso de los jóvenes. Se está dando la apertura a incluir más jóvenes en estas voces para participar en diferentes propuestas. Por ejemplo, para una propuesta que estamos trabajando que se llama Costa Rica libre de perforación, tenemos muchísimas, creo que son ocho o nueve agrupaciones de jóvenes que están apoyándonos. Yo creo que con más información la juventud se siente más capacitada y empoderada para poder participar de estas cosas, pero si están totalmente aislados de lo que está sucediendo, no saben cómo una decisión los puede afectar, no saben cuáles son los mecanismos de participación, entonces se quedan en los temas que les competen directamente en su vida normal. Por eso es que se hacen necesarios muchísimas más iniciativas en la que se integre la participación de los jóvenes, de una manera informada. Yo creo que sí hay ahora más que nunca una organización bastante fuerte de jóvenes, y esperamos que esto siga creciendo en los próximos años.

• Hay quienes afirman que en Costa Rica hay un doble discurso. Mientras en el exterior nos alaban y nos premian por proteger la biodiversidad y el medio ambiente, por otro lado, hay guardaparques que no tienen recursos para realizar su trabajo. El ingreso turístico de los parques nacionales deja al año entre US$15 millones a US$20 millones (excepto el 2020) pero ese dinero no se devuelve a esas zonas para preservarlas. ¿Qué aspectos debemos mejorar?

En el caso específico de este año y el año pasado que se hicieron los recortes tan fuertes a las diferentes instituciones públicas, uno de los más afectados fue el Ministerio de Ambiente y Energía. Esos recortes fueron bastante devastadores para algunos de los programas que el MINAE lleva a cabo, pero sabemos que a esto se une la falta de financiamiento que ha habido anteriormente para mejorar las condiciones en las que trabajan los guardaparques o las condiciones en que están nuestras áreas protegidas. Nuestra naturaleza es la que atrae al montón de turistas de los cuales muchísimas familias dependen, pero hemos estado lidiando con esta falta de capacidad económica para ofrecer a las personas de afuera y a las personas de adentro, incluso a las mismas personas que trabajan en las áreas protegidas, mejores condiciones. Esto tiene que ver mucho en cómo se ha utilizado el dinero. Nosotros somos un país que generamos dinero, incluso ahora que somos parte de la OCDE y se supone que tenemos un cierto nivel de desarrollo, sin embargo, muchas veces este financiamiento se ve afectado porque también tenemos un gasto muy grande en cuestiones que no dan los resultados que se necesitan o que no son necesarias, o que no se podrían fácilmente recortar. Tenemos programas importantísimos, por los cuales nos premian a nivel internacional como, por ejemplo, el Pago por Servicios Ambientales, pero que aquí nos hemos visto en dificultades para poder cumplir con ese pago a las personas que están participando. Si siento que hay un doble discurso, pero también hay una oposición bastante grande cuando se habla de fortalecer leyes, regulaciones, hacer impuestos verdes. Hay una oposición bastante grande de ciertos sectores de la sociedad que velan por sus propios intereses.

El acuerdo de Escazú, cualquiera que lo ve es un acuerdo noble, sus objetivos son bastante nobles y tenemos bastantes países que lo han ratificado y nosotros no hemos podido ratificarlo porque la desinformación que han creado alrededor de un instrumento como este ha impedido que ciertas personas dentro de la Asamblea Legislativa -que están muy asociadas a las cámaras empresariales- den un apoyo definitivo. En Costa Rica mucho de lo que ha estancado los planes, las políticas y las leyes para que se pasen de manera eficiente, es precisamente este montón de intereses que hay alrededor. Ahorita tenemos en la Asamblea Legislativa un proyecto que dice que se va a prohibir la explotación y exploración petrolera en Costa Rica, que de por sí no se está dando, que nunca se ha dado en este país, y que las condiciones en este momento son las peores para empezar a desarrollar una actividad tal. Sin embargo, tenemos esta influencia de personas que están totalmente en contra porque dicen que eso es quitarle trabajo y desarrollo a una Costa Rica que nunca ha dependido de esos recursos que siempre nos hemos caracterizado por tratar de volver a ver hacia el otro lado, hacia la economía verde y ahora hacia la economía azul que viene bastante fuerte. Una ley como esa tiene muchísima oposición. En Costa Rica tenemos bastantes grupos y bastantes tomadores de decisión que se oponen a ciertas medidas en favor de grupos fuertes económicamente dentro del país, haciendo la salvedad, eso sí, que parte de estos grupos fuertes no está de acuerdo con lo que están haciendo las directivas. Tenemos apoyándonos muchísimas empresas e industrias en contra de lo que la misma Cámara de Industrias está diciendo. Tenemos una gran variabilidad de opiniones y de visiones y yo creo que al final lo importante es cómo juntos construimos una visión de una Costa Rica descarbonizada, próspera, basada en salud, en bienestar y en justicia ambiental y justicia climática, tenemos la oportunidad ahorita y tenemos que seguir hablando del tema.

• Internacionalmente se alaban las prácticas ambientales que las y los costarricenses hemos sostenido a través de los años, pero, ¿estamos realmente todos los ticos comprometidos en este tema?

Un ejemplo muy reciente fue lo de la pesca de arrastre. Teníamos una ley que había sido aprobada por la Asamblea Legislativa y la gente se alzó en contra. Eso fue algo impresionante. Yo creo que a pesar de que hay personas que no conocen exactamente estos problemas, en el ADN del tico sí tenemos esto, la mayoría de los ticos no queremos ver a nuestro país convertido en una máquina de sacar ni petróleo, ni oro, ni minerales, ni explotar nuestros recursos de una manera que no vaya con lo que hemos precisamente experimentado en los últimos 30 años.

Las personas tienen miedo de quedarse sin trabajo, le tienen miedo a no poder subsistir, pero viene una revolución hacia nuevas tecnologías que va a abrir posibilidades de empleo, y mucho mejores empleos, de los que puede producir, por ejemplo, una explotación de este tipo. Se dice que los empleos en energías verdes y eficiencia energética crean tres veces más empleos que los combustibles fósiles, o cualquiera de ese tipo y son empleos de mejor calidad. Todo el mundo vuelve a ver al dinero que se va a producir, pero ¿cuáles son los riesgos? ¿habrá otro camino? Y sí hay otros caminos especialmente ahora que las regulaciones internacionales nos están diciendo que hay actividades que no se van a poder hacer porque tenemos límites ecológicos y límites planetarios que van en contra y total detrimento de las mismas personas. El cambio climático, las migraciones, los eventos climáticos extremos, la seguridad alimentaria, la salud de las personas, todo eso son costos enormes asociados a las actividades extractivas que tenemos en este momento de petróleo y gas natural, por ejemplo. Yo creo que la gente está cada vez más consciente y hay más intereses incluso de las mismas empresas de llevar esta información a sus colaboradores, en las universidades, en las comunidades, las mismas municipalidades se están metiendo mucho en el programa carbono neutral. Si hay avances y los vamos a seguir sintiendo. Lo que pasa es que las voces de oposición muchas veces son más fuertes, pero yo siento que todavía son la minoría.

Los contenidos publicados expresan la opinión del autor y autora, y no necesariamente la visión de la Fundación Konrad Adenauer.

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