Silvia Castillo, periodista
27 enero, 2022

• Debates no están resolviendo la indecisión del votante que está desencantado con la política y la democracia.

• Expertos consideran que agrupaciones políticas y sistema electoral requieren cambios radicales.

Los partidos políticos que aspiran a ganar la presidencia de la República siguen con dificultades de comunicar sus mensajes a los distintos grupos del electorado y eso tiene como resultado que el 43% de quienes quieren ir a votar en las elecciones presidenciales del próximo 6 de febrero de 2022, siga sin saber por quién lo harán.

Así lo expresaron a PolítiKAS en línea los politólogos Carlos Murillo Zamora, especialista en Relaciones Internacionales, con un Doctorado en Gobierno y Políticas, y Gina Sibaja Quesada, experta en comunicación política, máster en ciencias políticas y con un doctorado en Ciencias Sociales.

“Hay una casi total incapacidad de los equipos de campaña electoral para entender cómo llegarle a cada uno de los grupos etarios con un mensaje preciso”, aseguró Murillo, quien cree que continúan pensando en campañas masivas, con publicidad en las calles, en periódicos y televisión. “Seguimos anclados con más de un pie en el siglo pasado”.

Ambos expertos coinciden en que los partidos políticos carecen de los conocimientos para manejar, por ejemplo, las redes sociales y usarlas con el lenguaje apropiado para el grupo etario al que van dirigidas. Por eso, por ejemplo, se ve a un candidato bailando o a otro dando vueltas como un helicóptero.

“Estamos acostumbrados a lo que llamamos infoentretenimiento. Los actores políticos se han acostumbrado -o en antaño les funcionaba- a este tipo de información con carácter de entretenimiento… Ya tenemos suficiente entretenimiento en redes sociales, en diferentes plataformas, como para usar también la política para eso. Los actores políticos están dispuestos a cualquier cosa con tal de llegar al poder”, sentenció Sibaja.

Olvidan, además, que ya no existen las lealtades partidarias y actualmente hay un porcentaje del padrón electoral que no vivió el bipartidismo (Unidad Social Cristiana y Liberación Nacional).

Esto es importante, ya que según los datos del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), el 47% del padrón, equivalente a poco más de 1,6 millones de votantes, tiene entre 18 y 39 años.

Murillo cree que después de muchos años de bipartidismo llegó el Partido Acción Ciudadana (PAC) y se mantuvo durante dos periodos presidenciales, sin embargo, actualmente no existen dos o tres agrupaciones políticas grandes que capten la atención del electorado. “Hay tantas opciones que resulta confuso para la ciudadanía en general…La oferta electoral es tan amplia, que es muy difícil decidirse a menos que uno tenga o haga un análisis detallado o tenga alguna vinculación partidista de años, pero eso no ocurre con las nuevas generaciones”, destacó.
Sin embargo, lo que más preocupa al experto es el desencanto con la política y más grave aún, con la democracia que ya no satisface a las nuevas generaciones. Este fenómeno no es exclusivo de Costa Rica, pero en otras naciones ha llevado a que la ciudadanía esté a favor del autoritarismo. “En Costa Rica todavía no demandamos autoritarismo, pero sí demandamos otra forma de relaciones de las autoridades, el gobierno en general, ejecutivo y legislativo, e incluso judicial, con la ciudadanía”.

Mayor honestidad

Sibaja destacó también que existe poca visibilidad de las agendas: qué es lo que propone cada uno de los 25 partidos políticos que pretenden llegar a la presidencia de la República, y cómo lo van a hacer.

“Hay un montón de problemáticas que están siendo invisibilizadas, y nadie quiere hablar de eso porque nos hemos acostumbrado a que la campaña es una fiesta electoral y entonces en las fiestas nadie habla de cosas serias”, explicó. Por ejemplo, el por qué Costa Rica se encuentra en el top 10 de países con mayor concentración del ingreso en el quinto quintil (el 20% que más recibe), según datos del Banco Mundial, o que el sector informal es el 46% de la población económicamente activa.

La politóloga considera que eso debe cambiar y la población debe exigir a los actores políticos que digan lo que hay que hacer, aunque sea impopular. “Tenemos que aprender a hablar con la verdad, la más precisa, aunque sea cruda, y aprender como ciudadanía a recibir eso con la mayor generosidad posible y decir este grupo político está hablando con la verdad y está corriendo el riesgo de perder un proceso electoral, pero está diciendo lo que realmente va a hacer. Es una forma de recuperar la confianza”, enfatizó.

La experta cuestionó también la doble postulación (a presidente y diputado) con la que participan 17 de las 25 agrupaciones, ya que según detalló lo que realmente buscan es una mayor visibilidad mediática para lograr la diputación. “Estos grupos estarían en aprietos si llegaran a la presidencia porque no tienen equipo, y tienen una agenda bastante limitada”, afirmó.

Esta situación, según Sibaja, hace que se diluya la posibilidad de que los votantes se enteren sobre qué proponen los partidos políticos. “Es un sistema muy complejo que lo que nos está diciendo en el fondo es que tenemos que hacer una transformación electoral, lo queramos o no, en términos de elecciones, de candidaturas a diputaciones, a la presidencia. Eso tiene que separarse, no es sano que tenga que haber doble postulación porque esto complica el panorama a la hora de acceder a la información veraz”, manifestó.

Además, manifestó la politóloga, la gran cantidad de oferta electoral no significa que sea diversa en enfoques, ideologías, o propuestas. “Hay una cantidad importante de grupos políticos que están proponiendo cosas similares, y no todas las personas tienen la capacidad (en términos de tiempo y de recursos, no de entendimiento) para ir a ver qué están proponiendo las 25 candidaturas”.

Por eso, Sibaja es del criterio que el país necesita urgentemente tener una legislación sobre franjas electorales, para que los partidos políticos tengan la oportunidad de llegar con su mensaje a la mayor cantidad de personas. En América Latina solo Costa Rica y Honduras carecen de este tipo de normativa. “Al no tener una legislación, los medios de comunicación, sobre todo radio y televisión que usan el espectro electromagnético propiedad del estado, no ceden ni un minuto gratuitamente al Tribunal Supremo de Elecciones”, explicó.

Carlos Murillo destacó que en estas elecciones las figuras presidenciables son poco atractivas, y no existen un líder o lideresa. Los debates tampoco están ayudando a resolver el desencanto entre la población. “Yo creo que no ganaron un solo voto (refiriéndose a los debates organizados por el TSE), ninguno de los candidatos, más bien algunos podrían haber perdido el voto que tenían. Habría que ver cuál es el resultado del primer domingo de febrero. Va a haber una abstención increíble porque van a decir: para qué voy a ir a votar si no tengo opción, o me decido en el último minuto lo cual puede ser complicado para el futuro de la democracia costarricense, o voy y voto en blanco y entonces se genera una situación de legitimidad de quien logre llegar a la presidencia”.

Lo positivo y la mayor preocupación

Ante la consulta sobre qué resaltaría como positivo de este proceso electoral, Sibaja resaltó el hecho de que, pese a la pandemia y a otras situaciones como la salida del presidente del TSE, Luis Antonio Sobrado, las elecciones se van a llevar a cabo. Destacó además la labor de los medios de comunicación que han realizado esfuerzos por evitar el infoentretenimiento y han buscado fórmulas para incitar a todas y todos los candidatos a participar sin dejar a nadie por fuera. También cree que la desinformación ha estado “bastante controlada”.

Murillo habla más bien de lo que debe venir después de las elecciones, cuando se debe llevar a cabo, según su criterio, “una correcta lectura de todo el proceso electoral, sistematizar lecciones para entender cuánto ha cambiado el sistema político electoral y partidista de este país”.

“Que el TSE después de abril haga todo un análisis científico de qué se requiere cambiar en el marco normativo para poder llegar a las elecciones 2026 con un panorama totalmente diferente en todo, en financiamiento, en cantidad de candidatos, en conformación de las agrupaciones político electorales… No puede ser que un partido nazca de la noche a la mañana, tienen que tener toda una estructura partidaria”, reflexionó.

Pese a esto, ambos no ocultan su preocupación por las consecuencias del desencanto en la política y la democracia, y el aumento en las cifras de abstencionismo.

“Yo creo que eso podría ser la mayor lección, eso confiando que esto no se descomponga y que comience a hablarse de fraudes que eso va a ser muy fácil de decir. Los partidos políticos tienen que entender que ya no son lo que fueron en el pasado, ni el Frente Amplio, ni la Unidad, ni Liberación. Tienen que entender que son otra cosa, aunque sigan llamándose partidos”, expresó Murillo. “Yo creo que es un parte aguas, un punto de inflexión en la historia político electoral de la Costa Rica en el bicentenario, en donde hay que hacer cambios radicales para poder continuar con la democracia de este país”.

“Si no apostamos a una transformación viable en esto, vamos a tener un momento de crisis muy grande que podría estallarnos en la cara”, sentenció Sibaja.

Estamos en un momento que puede dar un viraje un poco peligroso desde mi punto de vista. Las elites políticas, intelectuales y demás, tendríamos que hacer propuestas viables para transformar esta cultura política, porque si el cambio se gesta desde abajo, esto implica violencia, perdemos la paz social, y va a ser una debacle que no podemos medir”, destacó.

Los contenidos publicados expresan la opinión del autor y autora, y no necesariamente la visión de la Fundación Konrad Adenauer.

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